31 julio 2010

Cuando abandonar un evento de la manera más correcta


Lo mismo que cuando se mantiene una conversación hay que saber hablar de forma moderada, y saber callar para escuchar a los demás, cuando acude a una fiesta, a un banquete o cualquier otro tipo de evento o reunión, hay que saber cuándo puede o debe marcharse.

Como dicen en la guerra "que una retirada a tiempo es una victoria", en muchos eventos podría ser la máxima a tener en cuenta. Es muy poco elegante, amén de maleducado, esperar a que le "inviten" a irse, bien de forma directa o bien de forma indirecta o por medio de indirectas. Saber retirarse a tiempo es una virtud, que suele acompañar a las personas prudentes.

¿Cuál es el mayor inconveniente? Conocer a los anfitriones-organizadores del evento o bien conocer el evento en el que ha participado con anterioridad. Cuando una persona tiene este conocimiento previo, suele saber cuándo debe dar por finalizada su participación. Puede saber que los anfitriones son dados a largas conversaciones de sobremesa, o a participar en juegos de mesa, etc. No disguste a los anfitriones retirándose demasiado pronto, si sabe que a ellos les gusta trasnochar. En otros casos, cuando no conoce mucho o nada a los anfitriones, puede observar a los demás invitados, y ver cuando empiezan a irse. No sea el primero ni el último en irse, salvo por razones extraordinarias.

¿Cuál es el momento adecuado? Cuando se han ido los primeros invitados, y salvo que esté participando en una estupenda conversación o tenga algún compromiso pendiente (como un baile que le han pedido, por ejemplo), puede ser buen momento para pensar en retirarse. Siempre es bueno dar una pequeña excusa o disculpa: tengo que madrugar (si es una cena), voy a acompañar a ...., me están esperando, etc. Siempre algo sencillo y creíble, nada de buscar excusas de película o inverosímiles. Hay otros momentos, en los que, aunque no tenga pensado marcharse, puede interpretar que los anfitriones desean terminar: miradas insistentes al reloj, retirada de comida y/o bebida, gesto de cansancio en los anfitriones, etc.

Por nada del mundo se le ocurra realizar gestos de cansancio o aburrimiento (bostezar, dar cabezadas, etc.) para "provocar" a los anfitriones que le inviten a abandonar la reunión si está cansado. Es una falta de educación y una grosería tener este comportamiento. Tampoco es correcto abandonar la reunión justo después del postre o del café y los licores (salvo por razones extraordinarias). Hay que esperar al menos treinta minutos, para poder irse. Es una descortesía hacerlo antes.

09 julio 2010

Hablar y gesticular.



En la comunicación verbal, aunque es importante lo que se dice, también es muy importante como se dice.

De acuerdo con los expertos en esta rama de las comunicaciones, hasta el 93 por ciento de la comunicación entre las personas es no verbal; o sea, que ocurre a través de los gestos y la expresión corporal. Esta incluye el tono de voz, la posición del cuerpo, los movimientos de las manos, etc.



Gestos abiertos: los brazos alejados del pecho o las piernas descruzadas son señal de aceptación. La persona se siente cómoda contigo y por eso baja sus defensas.

Gestos cerrados: cruzar los brazos y las piernas indican el deseo de protegerse o de "cerrarse" ante la situación. Puede ser señal de miedo, rechazo o timidez.

Inclinación del cuerpo: casi siempre, la posición de los pies y del torso señalan dónde está nuestro interés. Si Paco habla con Inés, pero sus pies y su torso se inclinan o apuntan hacia Claudia, esto delata quién es su verdadero interés.

Sonrisa: cuando es genuina, se forman en la persona las líneas de expresión alrededor de los ojos. Cuando la sonrisa es falsa, se queda en los labios.

A pesar de los grandes avances de la tecnología la palabra sigue siendo uno de los medios de comunicación más eficaces que existen. Quien sabe hablar bien, con corrección y perfección demuestra su buena educación personal. Contar en una reunión con un buen conversador es un lujo tanto para el anfitrión como para los invitados. La conversación es un arte. Y como tal hay que saberlo apreciar y, si se puede, potenciar.

En la comunicación verbal, aunque es importante lo que se dice, también es muy importante cómo se dice -siempre recuerdo el dicho de mi madre: a veces no se ofende por lo que se dice (letra) , sino por cómo se dice (música)-. Por eso debemos tener en cuenta que a la hora de hablar es tan importante la letra como la música. Y aún es más importante cuando no está delante nuestro interlocutor (como es el caso del teléfono).

"Los gestos de una persona hablan por si solos"

Tal y como decíamos anteriormente hay que cuidar la vocalización, entonación y timbre siempre, pero mucho más cuando no tenemos delante a la persona /s pues estamos perdiendo algo tan fundamental como la comunicación no verbal, los gestos. Diferenciaremos de forma clara los dos tipos de comunicación hablada: cuando hay alguien delante (reuniones, conferencias, etc.) y cuando no lo hay (teléfono, intervenciones en radio, etc).